Se podrán hacer todos católicos, alzar el cáliz por estos tres puntos que hallanan el camino al edén, o al menos al fin del sufrimiento por el descenso a los infiernos, pero los hinchas de San Lorezo no están, o no deberían estar, en paz: lo único inmaculado de la peregrinación a Santa Fe fue el resultado.
El Ciclón no puede seguir rezándole a Migliore o tener fe ciega en que Buffarini nunca se ahogará. La ortodoxia del esquema de Pizzi, que tanto había entusiasmado en el génesis, necesita aggiornarse para no seguir perdiendo fieles. Porque el CASLA sigue sin generar juego, a falta de profetas (bajos los niveles individuales de quienes deben guiar al rebaño, los Jara, Ruiz, Piatti) se impone una relectura de la Biblia futbolística del entrenador. Porque los milagros no son cosa de todos los días por más Papa hincha que tengas.
Olé.
lunes, 18 de marzo de 2013
No siempre habrá milagros.
8:25
No comments
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)






0 comentarios:
Publicar un comentario