La ilusión de contratar a Fabricio Coloccini se terminó. El defensor del Newcastle seguirá jugando en Inglaterra y no se pondrá la camiseta azulgrana, tal como era el sueño de todos los hinchas de San Lorenzo. Tal vez en Junio lo veamos en Boedo, pero mientras tanto, exito para seguir adelante con el Newcastle y salir de la zona de descenso y podamos verte pronto con la azulgrana. GRACIAS COLOCHA!
Nota de Mundoazulgrana:
A veces uno propone, pero el otro dispone.
Este concepto bien puede aplicarse con lo que sucedió entre San Lorenzo
y el Newcastle de Inglaterra. Ambos querían a un jugador, Fabricio
Coloccini. El defensor, fanático del Ciclón, quería volver a jugar por
quien proponía su regreso, pero el que disponía era su dueño, el que
tiene sus derechos deportivos y federativos hasta junio de este año.
Fue mucha la expectativa generada por
el autor de aquel golazo agónico frente a Los Andes en el Clausura 2001,
que luego campeonaría San Lorenzo con un elenco record. La extrema
cantidad de información con la imperiosa necesidad de querer suplir esas
ansias de los hinchas, incrementó esa expectativa y el deseo de cerrar
rápido la operación, fomentando una ilusión que estuvo siempre desde el
primero al último.
Sin embargo, desde San Lorenzo nunca
han hablado por boca de ganso. En reiteradas ocasiones, el presidente
del club, Matías Lammens, manifestó que el club no podía hacer nada, que
era una negociación en la que dependía de la voluntad del futbolista
(que vaya si la tuvo) y Newcastle, equipo comprometido con el descenso.
El mismo tenor manejaron Bernardo Romeo, actual manager, el DT Juan
Antonio Pizzi y el padre del jugador, Osvaldo Coloccini. Todos
reflejaron la verdad ante la prensa: era muy difícil.
La humildad económica actual del club
cancelaba cualquier aspiración santa. San Lorenzo no está en condiciones
de pagar la cláusula de rescisión del mejor central de la Premier
League, una de las ligas más competitivas del planeta. En épocas de
Cuervomóvil, donde se buscan socios por todo el país a fin de
incrementar los ingresos para que los egresos no sigan sobresaliendo, el
club no puede ingresar a semejante mercado.
Se apuntó al corazón, al sentimiento y
a todos las alternativas posibles que no tengan nada que ver con el vil
metal. Coloccini ha demostrado, como hace años no sucedía, el deseo
enorme de volver a vestir la camiseta azulgrana. El amor que mostró por
el Ciclón le valió el odio de sus actuales hinchas, quienes lo
repudiaron por haberla podrido, literalmente, en Newcastle para poder
irse ahora y no en junio.
Hasta su esposa, quien mantuvo una
reunión con el presidente del Ciclón en Punta del Este, comenzó a buscar
un departamento para instalarse en Buenos Aires. Las presiones, dentro
de esta corazonada cuerva, fueron a fondo. Pero los ingleses, fiel a su
historia, jamás te van a regalar nada. Ni tampoco van a ceder. Se
pusieron firmes y bloquearon la partida de Coloccini a Boedo.
San Lorenzo, tal como esta Comisión
Directiva manifestó desde el comienzo de este año, fue a buscar lo
entendió era lo mejor. Y vaya si no es así. Apuntó a uno de los mejores
centrales del fútbol europeo y actual integrante de la Selección
Nacional. Y, paralelamente, conociendo la dificultad de la negociación
en cuestión, mantuvo contactos con otros dos futbolistas, como Mauro
Cetto y Federico Fernández, otros dos centrales que están en plena
actividad y competencia.
Hoy el hincha se desilusionó con la
noticia. Como la propia dirigencia. Como el mismo Fabricio Coloccini.
Como Romeo y Pizzi. U Osvaldo. Todos lo querían. Pero nadie disponía. Se
hicieron todos los intentos posibles por este verdadero crack. Pero los
tiempos, el contexto y la realidad económica, hoy no estuvieron del
lado de Boedo. Pero en junio, seguramente, habrá otras noticias.
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