Apenada con este San Lorenzo tan distinto al que se paró ante River el domingo pasado. A ese San Lorenzo que jugó tan lindo, hasta con baile, ante un River que quedó anulado en el Nuevo Gasómetro. Hoy parecíamos el Barcelona, pero el Barcelona de Guayaquil. San Lorenzo no supo pararse en el campo de juego. Si bien lateraliza bien, le falta profundidad. Y definición. Fueron todos centros cuando en la defensa estaban las torres de Victoria de 1,90 de alto. No hubo otra manera de llegar. Ahora bien: convengamos que es difícil llegar y convertir cuando en la vereda de enfrente tenés a un equipo que vino a jugar a las escondidas. Piedra libre para los jugadores de Tigre que están todos en su arco. ¿Y se hacen llamar los Matadores? Matadores fueron los que dejaron el alma y se quedaron con el Metropolinano del ´68 convirtiéndose en el primer campeón invicto argentino...
Fue una pena ver la caída desde el tablón, en donde la gente del Ciclón nunca dejó de alentar. Con decir que la primera media hora fue un recital de La Gloriosa. Y tras el gol, más se alentó. Qué lástima que los partidos no se ganen con el aliento de la hinchada porque, con aguante como el de hoy, seríamos campeones. Y así seguiremos, alentándote a donde vayas, en las buenas y en las malas... hasta el fin.
Mariela Fernández (periodista de C5N)







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