Vigliano se retiró custodiado.
Venía invicto el Ciclón con los arbitrajes de Mauro Vigliano. En los ocho partidos que había dirigido, jamás había perdido. Eran cuatro triunfos y misma cantidad de empates. Pero anoche se rompió la racha en un encuentro que el réferi no estuvo a la altura de las circunstancias.
Aribtró desde lejos y mostró un pobre desempeño técnico para un partido internacional. Fue excesivamente permisivo con River, quien no sólo raspó de más, sino que jamás amonestó a ninguno de sus futbolistas por hacer tiempo. Chichizola lo hizo desde el primer minuto, y se burló del pito toda la noche.
Amonestó a Ramiro Funes Mori cuando apenas había ingresado, pero no hizo lo mismo con Eder Álvarez Balanta cuando cometió una infracción más fuerte y ya estaba amonestado. Ayer, por lo menos, un futbolista visitante debió ver la tarjeta roja.
La falla más notoria, y que sustenta el titular de este artículo, fue la falta inexistente que cobró previo al gol visitante. Si bien Gonzalo Prósperi tardó en cerrar y perdió la posesión del balón, en ningún momento le cometió infracción a su oponente, que debió ser amonestado por tirarse. Vigliano marcó falta y ahí River logró ponerse en ventaja.
Por último, evidenció su balanza a favor de River cuando en el cierre interpretó que la mano de Funes Mori (estaba amonestado, encima) fue sin intención tras el centro de Gonzalo Verón. Si esta es la interpretación de Vigliano, no entendemos porqué anuló el gol de Ángel Correa, siendo idéntica la intervención del punta azulgrana con la del defensor millonario.
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