Mientras el equipo, ya con el gen Pizzi y con la servilleta en el cuello, se devoraba lo que quedaba del Inicial con un gran sprint, él miraba sentado desde la platea. Había llegado en el mercado invernal como la salsa justa para sazonar el plato que preparaba, en aquel momento, Caruso Lombardi. Sin embargo, luego de un debut ante Colón que dejó pipón a todo el Nuevo Gasómetro, una serie de lesiones musculares le impidieron tener continuidad a Ignacio Piatti. Una continuidad que está empezando a tener en este 2013, en pleno transcurso del Torneo Final, una especie de plato principal que, hasta acá, provocó indigestión en Boedo ante los empates sucesivos, con niveles por debajo de lo esperado, como es el caso del propio Nacho, y que han complicado los números de San Lorenzo en el promedio.
Sin embargo, se sabe, el talento del volante es indiscutido, como así también su importancia dentro de la columna vertebral del esquema de JAP. Por eso, mientras que el médico recetó un digestivo para que el plato servido transite mejor por los esófagos cuervos, la CD ya piensa en el próximo. El segundo Piatti. Es que la dirigencia pretende renovar el vínculo del volante, quien llegó a préstamo por un año sin cargo y sin opción a mediados del 2012. “Tenemos buen diálogo con él y su representante. Creemos que sería importante que continúe, y vamos a tratar de que siga en el club”, deslizaron desde Boedo.
La idea de la dirigencia es comenzar con las tratativas de renovación el mes que viene. Y, además del caso Piatti, también buscarán extender el vínculo de Fabián Bordagaray. Un jugador que pasó de ser moneda de cambio (en la 2012/13 volvió al Ciclón tras jugar a préstamo en River y Argentinos) a convertirse en una sorpresa en la idea de Pizzi, quien lo potenció. Ojo, que todo dependerá de las condiciones que pidan, llegado el momento de la negociación, tanto el jugador como su representante. (Olé)
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