Stracqualursi convirtió a los 42’’ el tanto que abrió el camino para que San Lorenzo gane por primera vez en el torneo: “Quería mi gol y una victoria”.
Es difícil convivir con la ansiedad. Porque suele ser más fuerte
que uno, y volver las cosas aún más difíciles de lo que son. Por
ejemplo, a Denis Stracqualursi, top scorer de San Lorenzo en el torneo
pasado, le venía costando hacer lo que mejor sabe: goles. Habían pasado
uno, dos, tres partidos, y nada. Para colmo, el Ciclón no ganaba, y en
la cabeza eso ya le andaba dando vueltas... Sin embargo, ayer empezó
enchufado el partido con River y, en tan sólo 42 segundos, pudo
descargarse: clavó el primer gol, el que empezó a definir el partido
prácticamente desde antes de empezar a jugarlo.
“Estaba un poco ansioso por el gol, pero más por la victoria. Pero convertir desde el principio es importante, para poder manejar el trámite. Para el rival es un golpe duro”, se descargó Traca, valorando que “el equipo fue inteligente”. Como él, que no dudó en pegarle a la pelota después de tanto borbollón en el área, para abrir el marcador. “Fue un gol raro. Pero bueno, el primero siempre entra así, ja”, bromeó, quien cortó una sequía de 516’ sin meterla. Algo que, interiormente, le carcomía el cerebro, aunque logró manejar gracias a Alejandro Richino, el preparador físico de Pizzi, quien lo sedó para evitar que se desespere. “El gol se lo dediqué al profe, él me ayudó mucho a manejar la ansiedad”, cerró. Olé
“Estaba un poco ansioso por el gol, pero más por la victoria. Pero convertir desde el principio es importante, para poder manejar el trámite. Para el rival es un golpe duro”, se descargó Traca, valorando que “el equipo fue inteligente”. Como él, que no dudó en pegarle a la pelota después de tanto borbollón en el área, para abrir el marcador. “Fue un gol raro. Pero bueno, el primero siempre entra así, ja”, bromeó, quien cortó una sequía de 516’ sin meterla. Algo que, interiormente, le carcomía el cerebro, aunque logró manejar gracias a Alejandro Richino, el preparador físico de Pizzi, quien lo sedó para evitar que se desespere. “El gol se lo dediqué al profe, él me ayudó mucho a manejar la ansiedad”, cerró. Olé
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