Hace dos años, en las inmediaciones de la cancha de Vélez, fallecía
Ramón Aramayo. Hoy la causa sigue abierta pero la Justicia todavía no
encontró culpables. Mabel, su mujer, y sus hijos, Franco y Joaquín, lo
extrañan...
Buenos Aires. Los alambrados empiezan a moverse en la popular
visitante del José Amalfitani. A la distancia no se sabe qué es lo que
pasa, pero el olor es nauseabundo. Los hinchas de San Lorenzo presentes
en el estadio comienzan a escuchar rumores de lo peor. Los jugadores se
acercan y se enteran de la trágica noticia. La decisión está tomada
antes de que lo decida el propio árbitro: ese partido no se juega. El
recuerdo del 20 de marzo de 2011 es tétrico.
Aquel día, a pocas cuadras del ingreso a la cancha de Vélez, la Policía detuvo a Ramón Aramayo, quien después apareció muerto. “No hay justicia porque hay policías involucrados y entonces hay miedo. Con el paso del tiempo, todo se olvida”, dice Mabel, su mujer, en charla con PSL.
“Vamos viviendo el día a día, siempre manteniendo la esperanza de que
se encuentre a los culpables”, sigue. Pero Mabel no está sola. La
acompaña todo el pueblo azulgrana, pero, principalmente, los dos
cuervitos a los cuales les dio la vida: Franco de 12 y Joaquín de 7. “El
más grande sabe todo lo que pasó, el otro todavía no. Siempre pregunta y
hay días que son muy difíciles, pero lo voy llevando...”.
Mabel sigue teniendo la ayuda económica que le brindó el club ni bien
ocurrió el triste hecho y aunque con el paso del tiempo no volvió a ir a
la cancha (sólo fue el día que se realizó la colecta en el Pedro
Bidegain), quiere volver: “Los nenes quieren ir y los voy a llevar”,
afirma.
En varios pasajes de la charla, ella destacará el apoyó de todos los
hinchas: “Siempre digo que la gente de San Lorenzo nos ayudó un
montonazo, Siempre les voy a estar agradecidos”.
El pedido es claro, el pedido no entiende de colores, de camisetas,
ni de barrios porque el sentimiento es uno sólo: Justicia por Ramón. “Sé que estas cosas llevan tiempo pero yo soy impaciente. Igual tengo que tener fe porque sé que algún día se sabrá la verdad”.
Diego Paulich
dpaulich@perfilsanlorencista.com.ar
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