Matías Ibáñez, el ex guardavalla de Olimpo, ocupará el lugar de Migliore, en un equipo convulsionado que hoy se entrenará a puertas cerradas
La detención de Pablo Migliore tiene su secuela en San Lorenzo, en su club. Una entidad que ayer cumplió 105 años y que hasta hace un puñado de horas estaba por las nubes por las repercusiones del fanatismo azulgrana del papa Francisco. De pronto, todo cambió: luego del escándalo en la noche del domingo, San Lorenzo atraviesa una crisis profunda. No sabe bien qué hacer luego de semejante escenario.
Primero, hubo un comunicado oficial, en el que se explicó la causa policial. Luego, Matías Lammens, el presidente, expuso cierto malestar: "Se hizo todo de una manera muy espectacular, ante 25.000 personas. No nos gustó la forma. Es un tema personal del jugador, tenemos un contrato vigente con él y no vamos a modificar nada. Todo acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario". El máximo dirigente, respaldado por un grupo de dirigentes, siente la ausencia de Marcelo Tinelli, que es el vicepresidente primero y que hace un buen tiempo que no está por el club. Hoy, en París, irá al choque entre PSG y Barcelona, por la Champions League. "Al mediodía me llamó Tinelli desde París. Se puso a disposición, a muerte con Migliore", explicó Marcelo Di Lauro, el representante de Migliore.
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