Mientras los hinchas discuten los trabajos del cuerpo técnico y varios futbolistas, la Comisión Directiva aún no ha dado señales luego de la tercera derrota consecutiva como local. Momento para replantear el proyecto futbolístico, más allá de los nombres.
Preocupación y calculadora en mano. Algo que para muchos parecía un tema exclusivo de Independiente, hoy pasa a ser también un problema de San Lorenzo de Almagro. Ni bien empezó este torneo, el propio presidente del Ciclón, Matías Lammens, fue cauto en este medio: “El objetivo es hacer 30 puntos”, dejando en claro que no era conveniente pensar en una clasificación a la Sudamericana o, siendo más ambicioso, en pretender salir campeón.
La tercera derrota consecutiva como
local (Tigre, Newells y Racing) encendió la alarma en los hinchas, que
no sólo piden la cabeza del técnico, sino también de varios futbolistas,
muchos de ellos contratados en este período que comenzó luego de
aquella pesadilla que fue jugar la Promoción con Instituto.
Gentiletti, Jara, Piatti y
Stracqualursi son los más resistidos. El entrenador, Juan Antonio Pizzi,
tuvo un buen arranque, símil al de Ricardo Caruso Lombardi. Y en el
mismo trayecto del certamen, comienza a tropezar. Ambos entrenadores,
han cosechado, en su gestión como técnicos de San Lorenzo, el mismo
porcentaje de puntos. Por ello, ahora, el actual DT es cuestionado.
Juveniles como Villalba, Correa,
Navarro le han dado un aire fresco y de esperanza al equipo, más allá de
su juventud e inexperiencia como futbolistas de Primera División. A
ellos se les suma Contreras, recuperándose de una lesión. Una apuesta
por ellos, podría ser la solución inmediata para volver a sumar. Claro
está que hoy, varios jugadores que han llegado hace un año, han
demostrado que no están a la altura de las circunstancias.
Jara, excesivamente respaldado por el
técnico, ha convertido un gol desde que llegó. Lo mismo que Villalba. El
pibe tuvo que recorrer 90 metros para marcarlo, en tan solo un partido.
El ex Arsenal lo convirtió en 20 encuentros oficiales… Por lo pronto,
el entrenador seguirá en su cargo. Ayer, vía Twitter, el vicepresidente
Marcelo Tinelli descartó una reunión con él.
Este Torneo Final, luego de un gran
cierre del Inicial, se presumía como el trampolín que despegue al Ciclón
de la zona crítica del descenso. Sin embargo, tras disputarse casi la
mitad de partidos de este campeonato, San Lorenzo muestra números
preocupantes: jugó 9 partidos, ganó dos, empató cuatro y perdió tres
(todos de local). Suma 10 unidades, quedan 30 por jugarse.
Pero en la tabla que hoy vuelve a
importar, el equipo azulgrana volvió a quedar debajo de Argentinos
Juniors (dos puntos) y Atlético Rafaela. De los elencos que dividen por
tres temporadas, sólo está por encima de Independiente con 11 puntos de
diferencia. A su vez, aventaja a Quilmes (divide por una temporada), San
Martín (por dos) y Unión (por una).
De los 30 puntos que restan
disputarse, para tranquilizar las aguas, San Lorenzo tendría que sumar
la mitad mínimamente. Esto, obligaría a San Martín a cosechar 23
unidades o 28 a Unión. Ahora, viendo el panorama actual en este
certamen, ¿podrá el Ciclón sumar 15 puntos de 30 posibles cuando logró
10 de 27 disputados? Es difícil que en este torneo pase alguna tragedia
deportiva, porque los panoramas de San Martín y Unión son muy
complicados realmente. Pero, si San Lorenzo no suma en el Final actual,
arrancará muy mal en el Inicial que viene.
Ha llegado el momento de volver a
sumar. De volver a ganar de local, porque hasta este momento, el
promedio está flaco hoy y el próximo semestre. Se necesitarán decisiones
inmediatas, como también a largo plazo. Con Pizzi o sin Pizzi, el
Consejo de Fútbol tendrá que replantearse su proyecto. Sobre todo para
respaldar las promesas de inferiores que, a pesar de que todavía deben
aprender y mucho, merecen más rodaje y banca que varios jugadores que
llegan a préstamo y terminan como aves de paso.
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