martes, 23 de abril de 2013

La vida de Tito


La revelación de este San Lorenzo plagado de juveniles, contó su historia de vida tan particular. “Vivo en la 1-11-14 desde que nací, el año pasado me mudé a Caballito”, reveló. Villalba, acostumbrado a los partidos en el potrero por plata, llegó a la primera del Ciclón y no piensa regalar nada. Un pibe, que la luchó desde abajo.

Héctor Villalba sorprendió a todos con esa corrida fantástica en el gol ante Racing. Luego, en Sarandí, volvió a mostrar otra prueba de carácter y a pesar de su pequeña estatura, se le animó a López y Braghieri que nunca pudieron con él. Por izquierda y por derecha, se escurrió entre los defensores del Arse combinando gambeta con velocidad. Así, se subió al podio para ser una de las figuras del equipo, convirtiendo un gol.

En conversación con Radio La Red (AM 910), Tito habló un poco de su pasado y dijo: "Llegué al Club cuando tenía 10 años, casi toda una vida en el Club". Después de una prueba, quedó entre 500 chicos para comenzar su camino hacia el profesionalismo. Además, hizo alusión a su antiguo barrio: "Vivo en la 1-11-14 desde que nací. El año pasado me mudé a Caballito". Su dura infancia, no lo detuvo en su meta y hasta le sirvió para sumar fortaleza y temperamento a la hora de jugar con la pelota: "En la Villa jugaba de 5, por dos pesos me tiraba de cabeza", y continuó "Muchas veces me agarré a trompadas en la villa por guita". Por eso mismo, el enano infló el pecho y lanzó "No le tengo miedo a la patada en el fútbol, me han pegado mucho". Para terminar de ilustrar sus experiencias en el lugar que limita con el Nuevo Gasómetro, el delantero contó que seguía yendo al corazón de la 1-11-14, donde se encontraba la canchita para ver como juegaban.
A base de sacrificio, humildad y discplina, Tito pudo firmar su primer contrato con el club. Asimismo, dijo “El primer sueldo que cobré se lo dí entero a mi vieja”. Y ademas, pudo mudarse y cambiar la realidad de su familia.

Para terminar, habló un poco de lo que refiere al fútbol y su posición: “Mi puesto natural es carrilero por izquierda, me gusta enganchar y pegarle”. Villalba, junto a Navarro, Correa y Contreras es la esperanza de todo Boedo. El juvenil después de tanto lucharla tuvo su recompensa, no sólo en números sino también en reconocimiento. El domingo cuando salió remplazado, la gloriosa lo ovacionó de pie. Un ejemplo digno de relucir, ¡Felicitaciones, pibe!

Manuel Llambrich

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