La negociación fue ardua, pero al final, Martín Cauteruccio se transformó en jugador de San Lorenzo. Claro, llegó a Boedo con la chapa de haber sido uno de los máximos goleadores del Torneo Final, hizo siete, y siendo uno de los delanteros que estaban en la mira de varios clubes.
“Tuve un gran año y esto es un premio al trabajo. Estoy muy contento y ahora espero poder aprovechar esta oportunidad”, arrancó diciendo. Y enseguida se metió de lleno en la vida azulgrana: “Este club te exige terminar siempre en los primeros puestos”.
El punta uruguayo avisó que “los candidatos se van definiendo con el paso de los partidos”. Pero lejos estuvo de achicarse: “Acá, la presión de pelear arriba existe siempre”, afirmó.
Caute, de 26 años, también reconoció que es un placer tener como entrenador a Juan Antonio Pizzi, quien en su época de futbolistas fue un goleador letal: “Por su pasado, puede aportarme muchas cosas. Voy a tratar de tomar todos sus consejos”, señaló.
Por último, reconoció que nadie tiene el puesto asegurado y por eso ya tiene en mente que tendrá que luchar por un lugar: “Hay que pelearla, ganarse el puesto y después rendir para mantenerse”, tiró.
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