Conocé la historia de Cavallaro, el héroe de Paraná que a los 16 años lo quiso comprar el Anderlecht. “Estar en San Lorenzo es como jugar en Europa”.
En Paraná, la tierra del Roberto Ayala y de Comitas, Cavallaro es Juani. Y es, también, la joyita de la ciudad, el chiquitín que la rompía en la escuelita de fútbol de Marangoni y que hoy da sus primeros pasos en San Lorenzo, “un grande de Buenos Aires”, como él siempre soñó. En el noticiero del 9 Litoral, el canal de allá, no se cansan de repetir el gol que le hizo a Colón, en el Cementerio de los Elefantes, hay panelistas de deportes que hablan del “crack” y el teléfono de su casa y su celular no dejan de sonar. “Mucha gente se acordó de mí. Cuando terminó el partido me vine para acá para disfrutar de mi debut junto con mi familia. Por Santa Fe prefiero no aparecer por un par de días porque me van a matar, je”, se ríe Cava conOlé , el chico surgido en la cantera del Tatengue, mientras le convida mate al fotógrafo y juega con Indio, un pug, su única compañía en casa.
-¿Tus viejos, no están? -Justo se fueron a trabajar, pero ellos están conmigo incondicionalmente. No sé qué haría sin el apoyo de mi familia y de mis amigos. Cuando tenía 16 no me fui a jugar a Europa para no extrañarlos, así que imaginate lo que son para mí.
-¿Cómo fue eso? -El tema es así: yo soy muy amigo de Nicolás Frutos, a quien conocí cuando él era coordinador de Inferiores de Unión. Lo considero un hermano que me dio la vida, es una persona que me guía mucho y me aconseja todo el tiempo sobre el futuro. Y como él dejó un muy buen recuerdo en el Anderlecht de Bélgica, donde jugó cinco temporadas, me recomendó junto con otro chico para que tuviésemos una prueba. Fui tres semanas y jugué cuatro partidos de liga con la Sub 19 y la Sub 21 de ese club, así que se podría decir que ya jugué en Europa, je. Sólo se permitían tres extranjeros por encuentro y el técnico me ponía siempre de titular. Fue una experiencia inolvidable.
-¿Y cómo te fue? -Muy bien. Nos atendieron como unos reyes. Nos entrenábamos en un gimnasio de 100 metros, teníamos contacto con los profesionales y nos pusieron dos departamentos: uno para mi compañero y para mí, y otro para el preparador físico que nos acompañó. Y el organizador deportivo, que vendría a ser una especia de manager de la institución, quedó tan conforme que, apenas volví a Santa Fe, ya había mandado una oferta para comprarme. ¡Y yo ni tenía contrato! -¿Y cómo no agarraste? -Es que sentía que primero debía formarme acá, crecer como jugador y como persona, y temía sufrir mucho por la distancia. Allá hablan en francés y en alemán, hace muchísimo frío, y tenía que irme solo. Era demasiado. En el plantel estaban Lucas Biglia y Matías Suárez, el que jugaba en Blegrano, y ellos me contaban lo difícil que les había resultado la adaptación.
-¿Te arrepentiste? -Y, hoy podría estar jugando la Champions, pero creo que hice bien. Desde el punto de vista económico era una buena oportunidad, pero nunca tuve ambición en ese sentido. Es más, a los seis meses me vinieron a buscar otra vez, y tampoco quise irme. Son decisiones que uno toma. El tiempo dirá si me confundí.
-¿Te trataban de loco? -¡Todo el mundo! Pero yo lo hablé con mi familia, mis amigos y con Nico Frutos. El, igual, me decía que Europa es otro mundo, que era una posibilidad única, pero siempre me escuchó y me entendió. Y mi representante ahora trabaja en el Anderletch y me dijo que, cuando yo me sienta preparado, él puede gestionar una transferencia.
-¿Y, a tus 19, querés ir? -No, yo pienso en el presente. Recién ahora pude tener mis primeros minutos en San Lorenzo y estoy muy esperanzado en ganarme un lugar. Me costó un poco el cambio: no es lo mismo Unión que la Reserva de San Lorenzo, así que tiempo al tiempo.
-¿Que la Reserva? -Sí, es otra cosa. Por eso me vino bien que Pizzi me diera rodaje ahí antes de subirme a Primera. Obvio que uno quiere jugar todos los partidos y no salir más, pero me parece que fue un acierto del entrenador. Hoy me siento confiado y mucho más tranquilo.
-Bueno, pero el debut no pudo haber sido mejor.
-La verdad que no. Cuando salió el fixture, lo primero que me fijé fue cuándo jugábamos contra Colón. Y las fechas pasaban y yo veía que Pizzi no me subía, je. La semana anterior había ido al banco con Godoy Cruz, así que tenía la ilusión de volver a concentrarme. Y cuando vi la lista, y noté que éramos 18, me agarró un cosquilleo. Quiero mucho a Unión y hacerle un gol a Colón es lo más.
-Pero casi no lo gritaste.
-Es que me paralicé. Estaba nervioso por el debut, me pesaban un poco las piernas y, para colmo, había perdido un par de pelotas tontas en la mitad de la cancha. Y cuando vi que la pelota entraba y la gente se quedó en silencio no sabía qué hacer. Tenía unas ganas bárbaras de gritarlo con alma y vida porque me venían puteando en todos los idiomas, me gritaban que era de la B, me tiraban cosas. Al final lo festejé mucho menos que si se lo hacía a otro rival, je.
-Pizzi es hincha del Sabalero. ¿Te comentó algo? -El y su ayudante de campo son de Colón, pero obvio que querían ganar. Pizzi fue quien terminó de convencerme para venir a San Lorenzo. A mí me quería el Inter de Porto Alegre. Era el Inter B, en realidad, no el de D’Alessandro y Scocco, pero me ofrecían una cifra muy alta. Y yo estaba en la duda hasta que me llamó Juan. Primero creí que era una broma, je. Después me habló de su proyecto, de los jugadores que había en el plantel y me encantó la propuesta. ¿El domingo? Me vio en el vestuario y me dio la mano. Espero volver a marcar para devolverle la confianza.
-¿Contra quién? -Y, con River ya jugamos y no estuve, así que me gustaría hacerle uno a Boca.
-¿Contra tu ídolo? -A Riquelme lo miré siempre, desde chico. Admiro mucho su juego, su calidad. También me gustan el Burrito Martínez, a quien sigo desde Vélez, y Paulo Rosales, con quien compartí el plantel de Unión.
-¿Y de San Lorenzo? -Acá está lleno de buenos jugadores. Nunca imaginé compartir un grupo con Romagnoli, por ejemplo, que es muy humilde. Y me sorprendieron mucho Mercier y Correa, que son cracks. Para mí, todo esto ya es como jugar en Europa.
YO DIGO
Fernando Kuyumchoglu (DT de la Reserva del Ciclón): "Premio a su inteligencia"
"Me puso muy contento que Juani haya debutado y, además, que haya convertido un gol tan importante para él. Yo lo tenía marcado desde que era DT de la Octava de River. Me acuerdo de que le ganamos a Unión 4 a 2 y él nos metió dos golazos. Y ahora que nos encontramos le conté esa historia y traté de darle confianza para que no bajara los brazos. Como ya había jugado en Primera, estaba un poco preocupado porque no lo subían. Pero se esforzó, se entrenó muy bien y tuvo su recompensa. Para mí es un premio a su inteligencia para entender que la chance ya le iba a llegar. Además, tiene todo para que le vaya bien: es gambeteador, y ya no hay volantes que encaren. Hay que darle tiempo, pero si logra consolidarse, va a tener su lugar en el equipo".
0 comentarios:
Publicar un comentario