domingo, 4 de mayo de 2014

Que siga la fiesta


San Lorenzo venció a un débil Atlético Rafaela por 2 a 0 y concluyó una semana excelente. En el primer tiempo Navarro anotó de tiro libre y en la segunda parte liquidó el juego Quignon, tras una gran jugada colectiva.


Luego de la resonante clasificación a los Cuartos de Final de la Copa Libertadores de América, San Lorenzo tenía un nuevo compromiso por el Torneo Final. El número 17. Su objetivo estaba puesto en un triunfo, a fin de sumar puntos para una tabla que poco se ve: la general de la temporada.


El Ciclón tenía que ganar para alejarse de Lanús, el otro puntero de esta clasificación que premia al primero con una plaza en la próxima Copa Libertadores. Y sí sucedió. San Lorenzo ganó bien ante un Atlético Rafaela que lucha por no descender.

Con un equipo alternativo, sin ninguno de los titulares en Porto Alegre, los santos marcharon a la victoria. En el comienzo, sin muchas luces, se ilusionó con la pelota parada. Pero recién la tercera fue la vencida. Leandro Navarro tuvo que probar dos veces antes de convertir el primer tanto con su marca registrada.

Iban 42 minutos del primer tiempo para que la Bomba le de seco abajo, de pique, para vencer al inquieto de Esteban Conde. Con más empuje que fútbol, San Lorenzo se fue al vestuario en ganador, complicando a la Crema a la zona roja de los promedios.

En la segunda parte, el Ciclón se encontró rápido con un penal a favor. Uno de los ejecutantes en la serie con Gremio tomó la pelota con fe. Pero Francisco se habrá distraído, porque Nicolás Blandi pateó fuerte y desviado. San Lorenzo no pudo ampliar ventajas a los siete minutos del tiempo final.

Sin embargo, con el apuro de la visita, los cuervos encontraron espacios. Leandro Romagnoli y Fernando Elizari, de gran partido ambos, fueron siempre un problema para la retaguardia de Rafaela. Con un gran arranque del Pipi, y una buena asistencia de Blandi, Facundo Quignón quedó ante el arquero solo para poner el segundo tanto a los 23 minutos.

Partido liquidado. Los de Burruchaga, con más desesperación que fútbol, fueron al ataque nuevamente. Bauza sacó a Matías Catalán y se cubrió mejor con Julio Buffarini, y el Ciclón esperó para apostar a otro contragolpe. Después entraron Héctor Villalba (Elizari) y Ortigoza (Quignón, muy aplaudido) para darle otro aire al cierre.

Los minutos pasaban y el resultado se congelaba. Sólo quedará para la estadística la expulsión de Ignacio Pusetto, que barrió a Walter Kannemann con suma dureza. La Crema, ya con diez, retiró toda posibilidad de milagro. Germán Delfino, de correcto arbitraje, sólo recuperó dos minutos para que San Lorenzo siga hablando de Copas.

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