Los tiene a su "Mercier"

Mercier ejemplifica el crecimiento del CASLA: de rezagado pasó a pieza clave del equipo. Ayer, mordiendo y jugando, fue de lo mejor. 

 

Le brilla la calva. Brilla él. Pulido, y mejor físicamente que en aquellos primeros partidos con Caruso, Juan Mercier se ha renovado. Claro, a la par de este San Lorenzo de Pizzi, distinto al que arrancó el Inicial. El volante, que había llegado de jugar en el fútbol de Emiratos Arabes con Maradona como DT, pero sin el ritmo ni el nivel que había demostrado en el Argentinos campeón, había quedado algo rezagado, casi sin chances.
Con Aguiar afincado en el puesto de doble 5 y en buena sintonía con Kalinski, sus chances de despegar parecían lejanas. Sin embargo, la suspensión y posterior desgarro del uruguayo en una práctica de fútbol light en Santa Fe le reabrieron las puertas a Juan para demostrar. Para resurgir. Y el hombre de la calva radiante lo hizo con creces.
Mercier pasó de esperar de frente a los rivales, a correrlos como perro de presa, para luego entregársela redonda a Kalinski. El ejemplo se vio anoche, en pasajes en los que persiguió a Valeri, mordió y presionó de derecha a izquierda. Y, cuando Ruiz fundió el motor, hasta se adelantó para distribuir la pelota, emulando aquellas épocas en las que era cumpa de su amigo Ortigoza en el Bicho campeón 2010. Haciendo dúo con Enzo, Pichi se envalentonó, se convenció del mensaje y de los pedidos de Juan Antonio, y se animó. Y creció. Y empezó a aguantar cada vez más en cancha, sosteniendo el ritmo. Y se volvió pieza clave para que el Ciclón sople fuerte en el último tramo, sacando 14 puntos en seis juegos. E incrementando exponencialmente el nivel. Por rendimiento grupal. Y también, por destellos individuales. Como el de la calva, que brilla...
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