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Salió a la
venta el libro Ningunos Santos, de Pablo Lafourcade, con el que podrás
entender qué circunstancias llevaron al Ciclón a estar a 35 minutos de
perder la categoría y a tener un pasivo cercano a los 200 millones de
pesos.
Construir un club, que se haga grande y que deje una huella en millones
de personas es una tarea titánica que suele demandar décadas de
esfuerzos. Mucho más corto es el trayecto para ponerlo de rodillas.
Entre 2007 y mediados de 2012, San Lorenzo recorrió el segundo camino:
incrementó cuatro veces su pasivo y por primera vez en la historia,
desde que en 1983 se implementaron los promedios, estuvo a pocos minutos
de descender a la B.
Este libro conlleva un riguroso análisis
periodístico para entender lo que para muchos fue inexplicable:
negociaciones poco convenientes, incorporaciones insólitas, millonarios
salarios en dólares y entregas en AFA, un combo que se padeció entre los
dos gobiernos de Rafael Savino (2004/10) y el fugaz de Carlos Abdo
(2011/12).
Y en el fútbol, como en la vida, nada es gratuito y
todos aquellos despropósitos el club los está pagando. Pero estas
páginas no se quedan sólo en eso, también reflejan cómo vivió el hincha
del Ciclón el Clausura 2012, en el que estuvo en juego un poco de todo
lo que somos... la familia, los amigos, el barrio, nuestra esencia, San
Lorenzo. La angustia por los caprichos de una pelota se ve potenciada
cuando se comprende que lo que tanto se quiere se desmorona.
Definitivamente, uno no es el mismo cuando su equipo pelea el descenso.
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