Haber cosechado apenas tres puntos sobre nueve en juego, sin haber
enfrentado todavía a ningún candidato al título, es un síntoma. Ahora,
un traspié frente a River, en el Nuevo Gasómetro, ya significaría un
poco más que un dolor de cabeza. Por eso, tras la discreta actuación del
Ciclón frente a Estudiantes, Matías Lammens exteriorizó el pensamiento
de la Comisión Directiva y, también, de buena parte de los hinchas.
“Esperemos que el del domingo sea un partido bisagra, es una buena
chance para despegar”, dijo el presidente, un tanto decepcionado por el
rendimiento del equipo, en Soy San Lorenzo, el programa de Mario Benigni
(AM 690).
De todas maneras, Juan Antonio Pizzi, el técnico que él
y sus pares eligieron, tiene cuerda para rato. De hecho, el pope estuvo
en la práctica del jueves en la Ciudad Deportiva y mantuvo una charla
futbolera con el técnico, y en muy buenos términos. Ningún otro
directivo pensó en un nuevo entrenador ni pensará en él a corto plazo.
Aunque la inquietud por el arranque pobretón es una realidad que pocos
esperaban, y que alarma. “Es una posibilidad para ganar los tres puntos,
más aún porque jugamos de local. Nosotros seguimos con mucha cautela,
mirando la tabla de abajo, donde le descontamos otro punto a Argentinos y
pudimos quedar a dos”, avisó el presidente, ya sin referirse a la pelea
por el título.
¿Un modo de quitarle presión al plantel? ¿Una
señal de que aún no ve en la cancha al candidato que creía que iba a
observar? Un poco de casa cosa. Porque si bien el Cuervo continúa a diez
puntos de Independiente (juega hoy contra Racing), Quilmes volvió a
ganar y se acercó. Y si San Martín derrota a Newell’s, también empezará a
ejercer presión.
Los cálculos son simples por Boedo: confían en
derrotar a River y a Tigre (ambos serán en el Bidegain) y viajar a Colón
más aliviados con los promedios, y quizá en zona de clasificación a la
Sudamericana (está igualado con Estudiantes en la última plaza). Y
después, ante la Lepra, Vélez y Racing, ver para qué están.
“Teníamos
la expectativa de ganar en La Plata, y no se pudo. Falta llegar un poco
más, pero al menos se cortó la sequía goleadora”, se conformó Lammens.
Intranquilo, claro, como todo San Lorenzo.
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