martes, 19 de marzo de 2013

Cortocircuito entre PIzzi y Aguiar

Justo cuando el Papa comenzó su pontificado y pidió por la paz, en San Lorenzo todo se convulsionó. ¿Qué sucedió? El técnico tuvo una charla con Luis Aguiar, en la que ambas partes terminaron disgustadas y el DT decidió bajar a la Reserva al volante. Esto no fue aceptado por el 'charrúa', quien decidió tomar sus pertenencias y marcharse sin trabajar. Ante esto, la dirigencia decidió darle diez días de licencia al mediocampista, para luego resolver qué será de su futuro

En San Lorenzo todo era alegría, como consecuencia de la gran trascendencia mundial que tomo la entidad a raíz del fanatismo del flamante Papa, Jorge Bergoglio, por el ‘Ciclón’. Tal era la euforia que causó el Sumo Pontífice, que en el últimos encuentro ante Colón los jugadores salieron a la cancha con una camiseta que tenía plasmada una foto de Francisco y hasta se le atribuyó a él una importante ‘ayuda’ en la victoria obtenida.



Sin embargo, justo en el día en que Bergoglio inició su pontificado y pidió por la paz con frases tales como “No dejemos que los signos de destrucción acompañen el camino de este mundo”, “cuidémonos los unos a los otros. Cuídense entre ustedes, no se hagan daño", “que no haya odio ni peleas ni envidias" y "no le saquen el cuero a nadie"; todo lo contrario fue lo que aconteció en el Bajo Flores.



Es que en la práctica que afrontó el plantel en la Ciudad Deportiva, un nuevo conflicto salió a la luz. ¿Qué sucedió? Luis Aguiar, que se recupera de una sobrecarga, mantuvo una charla privada con Juan Antonio Pizzi en la que se trató el tema de su lesión y se habló de la posición en que el uruguayo estaba siendo utilizado. Lo cierto es que el diálogo no llegó a buen puerto, sino todo lo contrario.



El técnico y el mediocampista no lograron ponerse de acuerdo, contrariamente terminaron aumentando sus diferencias, y el entrenador decidió directamente apartarlo del grupo (también enojado porque el jugador se ausentó en los entrenamientos de sábado y domingo), le avisó que no entrenaría más con la Primera y que a partir de ahora tendría que practicar junto a la Reserva. El ‘charrúa’ no aceptó esta decisión, llamó por teléfono a su representante, enseguida tomó sus pertenencias y se marchó del lugar sin afrontar los trabajos correspondientes.



Esto llegó rápidamente a los oídos de la dirigencia, quienes decidieron planificar una reunión de mesa chica para decidir cuáles serán los pasos a seguir con respecto al jugador, ya que tendrán que arreglar su desvinculación del club, pero también para conversar acerca de la postura tomada por el DT. Es que a los directivos tampoco les cayó del todo bien que Pizzi haya tomado la decisión de bajar a un jugador profesional a la Reserva sin una previa consulta. En principio, la solución más próxima que encontraron fue la de darle diez días de licencia al uruguayo, para así esperar a que se calmen los ánimos y ya más tranquilos resolver qué sera de su futuro. Evidentemente en Boedo no escucharon los mensajes de paz que envió su fanático…

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