Furioso por la jugada del segundo gol de San Lorenzo, el DT de Central admitió que "se hubiera agarrado a trompadas" si fuera jugador. Entonces, el volante "azulgrana", que fue el asistidor de Villalba, prefirió bajar los decibeles. "No quiero entrar en polémicas, quedó claro cómo fue todo", dijo.
Un día después del partido entre Rosario Central y San Lorenzo en el Gigante de Arroyito, la polémica sigue instalado por el segundo gol del "Ciclón", que definió las acciones del encuentro: Fernando Elizari, que había sido asistido por los médicos, ingresó al campo por orden de Germán Delfino, le "robó" la pelota a un distraído Paulo Ferrari y asistió a Héctor Villalba, que sentenció con jerarquía.
Enseguida, Miguel Ángel Russo, su cuerpo técnico y el plantel entraron en estado de "locura" por lo que consideraron una falta de ética del jugador "azulgrana". Sin embargo, el entrenador "canalla" fue más allá y, lejos de dar el ejemplo de conducta, confesó que se "hubiera agarrado a trompadas" si fuera futbolista en un momento similar al de ayer.
Entonces, en diálogo con De Una Otro Buen Momento, que se emite por Radio La Red, el ex creativo de Quilmes dio nuevamente su punto de vista. "Que Russo diga lo que quiera, yo no me quiero meter en ninguna polémica", bajó los decibeles, en medio de la calentura rival por lo ocurrido.
De todas maneras, aseveró que "todo quedó claro, yo entro cuando (Germán) Delfino me lo permite. La pelota estaba del otro lado, (Paulo) Ferrari no estaba pegado contra la línea y yo ya empiezo a presionar rápido antes de llevármela". Además, añadió que "sé que se va a hablar mucho, pero no entiendo cuál es el problema".
"Sabía que venía a un plantel con buenos jugadores, aunque necesitaba el tiempo de adaptación a un grande. La idea era aprovechar la chance cuando me tocara jugar", cerró Elizari, contento por su actuación personal, que le permite ganar terreno en la consideración del entrenador.
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