MERCADO DE PASES. Tenía arreglado su contrato con San Lorenzo, sin embargo, Juan Manuel Martínez jugará en Boca. Desde la dirigencia decidieron no entrar en una subasta y el Corinthians junto al jugador optaron por el equipo de Bianchi. Nombres de otros atacantes surgieron para llegar a Boedo.
Buenos Aires. Sólo se esperaba por el “sí” final del Corinthians. Es más, Marcelo Tinelli
tenía su avión privado preparado para viajar a Brasil el sábado pasado y
cerrar el protocolo con foto incluida mediante la entrega de una
plaqueta al club brasilero en reconocimiento por haber logrado el título
en el Mundial de Clubes. Con el jugador estaba todo arreglado.
Luego de sus vacaciones se iba a sumar al plantel de Pizzi. Su contrato
ya estaba acordado después de la reunión y las charlas telefónicas que
mantuvieron Carlos Martínez, padre y representante del delantero, con el
Vice Primero del Ciclón.
Restaba que el Corinthians acepte la oferta, la cual en un primer momento miraron con buenos ojos. Sin embargo, cuando todo estaba a un paso de definirse, se metió Boca. Bianchi lo marcó y el padre del Burrito no dudó en subirse al avión junto a Adrian Roucco, el representante xeneize en la negociación. Enterado de esto, Tinelli decidió suspender su viaje a Brasil ya que coincidía con la estadía de la delegación boquense. Desde ese momento San Lorenzo se bajó porque no quiso entrar en una subasta. Vale destacar que la oferta de Boca al conjunto brasilero fue superior y por tal motivo desde la dirigencia sintieron que los obligaban a mejorar la apuesta, cuestión que iba a comprometer aún más la delicada economía azulgrana.
Por otra parte, también se había depositado una pizca de confianza sobre dos puntos. El primero fue que el Corinthians había decidido no reforzar a un posible rival en la Copa Libertadores, tal como es lo es Boca. El segundo, en que tanto Juan Manuel Martínez como toda su familia son fanáticos de River, cuestión sentimental que finalmente no pesó a la hora de contar los billetes.
La bronca se mastica en Boedo. Desde la dirigencia decidieron tratar seriamente este libro de pases, a tal punto que el club no provocó una danza de nombres. Por el contrario, desde un primer momento se supo que Martínez y Coloccini eran los nombres pretendidos para los dos cupos disponibles. Es más, Tinelli en persona se había ocupado de la contratación del ex Vélez y cumplió con el pedido del padre del Burrito de no avanzar con la negociación hasta que finalice el Mundial de Clubes.
Descartada su llegada, en las últimas horas surgieron otros nombres, aunque ahora sí la prioridad es darle un punto final al tema Coloccini para luego pasar a la búsqueda de un delantero. El chileno Eduardo Vargas vuelve a estar en consideración. El delantero del Nápoli es bien visto por Pizzi y ante su postergada llegada al fútbol brasilero vuelve a estar en carrera. Atrás corre el uruguayo Sebastián Papelito Fernández, quien fue ofrecido en las últimas horas. En ambos casos, San Lorenzo primero debe liberar un cupo de extranjeros, hoy ocupados por los uruguayos Tellechea, Mirabaje y Aguiar y el peruano Carmona.
Restaba que el Corinthians acepte la oferta, la cual en un primer momento miraron con buenos ojos. Sin embargo, cuando todo estaba a un paso de definirse, se metió Boca. Bianchi lo marcó y el padre del Burrito no dudó en subirse al avión junto a Adrian Roucco, el representante xeneize en la negociación. Enterado de esto, Tinelli decidió suspender su viaje a Brasil ya que coincidía con la estadía de la delegación boquense. Desde ese momento San Lorenzo se bajó porque no quiso entrar en una subasta. Vale destacar que la oferta de Boca al conjunto brasilero fue superior y por tal motivo desde la dirigencia sintieron que los obligaban a mejorar la apuesta, cuestión que iba a comprometer aún más la delicada economía azulgrana.
Por otra parte, también se había depositado una pizca de confianza sobre dos puntos. El primero fue que el Corinthians había decidido no reforzar a un posible rival en la Copa Libertadores, tal como es lo es Boca. El segundo, en que tanto Juan Manuel Martínez como toda su familia son fanáticos de River, cuestión sentimental que finalmente no pesó a la hora de contar los billetes.
La bronca se mastica en Boedo. Desde la dirigencia decidieron tratar seriamente este libro de pases, a tal punto que el club no provocó una danza de nombres. Por el contrario, desde un primer momento se supo que Martínez y Coloccini eran los nombres pretendidos para los dos cupos disponibles. Es más, Tinelli en persona se había ocupado de la contratación del ex Vélez y cumplió con el pedido del padre del Burrito de no avanzar con la negociación hasta que finalice el Mundial de Clubes.
Descartada su llegada, en las últimas horas surgieron otros nombres, aunque ahora sí la prioridad es darle un punto final al tema Coloccini para luego pasar a la búsqueda de un delantero. El chileno Eduardo Vargas vuelve a estar en consideración. El delantero del Nápoli es bien visto por Pizzi y ante su postergada llegada al fútbol brasilero vuelve a estar en carrera. Atrás corre el uruguayo Sebastián Papelito Fernández, quien fue ofrecido en las últimas horas. En ambos casos, San Lorenzo primero debe liberar un cupo de extranjeros, hoy ocupados por los uruguayos Tellechea, Mirabaje y Aguiar y el peruano Carmona.
Fernando Vuotto
fvuotto@perfilsanlorencista.com.ar
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