Por Nahuel Lanzillotta
Se levanta cada mañana y va tachando los días en el almanaque. Leandro Romagnoli arranca su quinto mes de recuperación de la rotura de ligamentos cruzados de su rodilla izquierda que sufrió el 11 de agosto en Córdoba ante Belgrano, en la 2ª fecha del Clausura. Está en la cuenta regresiva y por eso se pone la remera símbolo de la lucha por la vuelta a Boedo para pedir prestada la frase y hacerla el caballito de su batalla : “Quiero volver cuanto antes”, le dice el Pipi a Clarín . “Estoy cada día mejor. Sé que no tengo que apurarme, pero la ansiedad me juega en la cabeza porque quiero estar ya”, se entusiasma el ‘10’ , que tiene señalado a marzo como el mes de su regreso. Y en el parque de su segunda casa, allí en el césped del Nuevo Gasómetro, revive con este diario ese feo momento en que padeció la lesión que lo mantiene lejos de la pelota a sus 31 años. “Fue muy chocante al principio, no me esperaba lesionarme así y menos en la rodilla sana (NdeR: tiene dos roturas de ligamentos en la derecha). Pero después me fui tranquilizando”.
-Cuando volviste a entrar, antes de que terminara ese partido con Belgrano, miraste al cielo y juntaste las manos...
-Sí, me di cuenta de lo que había pasado. Sentí un ruido muy fuerte y un dolor como de quemadura. Después se me fue y entré porque teníamos un hombre menos.
-¿Qué pensabas mientras corrías en la cancha?
-Corría por correr. Quería que terminara el partido para comprobar si era lo que yo me imaginaba. Ya no tenía la cabeza en el partido.
-¿La bronca del momento te hizo pensar en el retiro?
-No, jamás pensé en retirarme. Todavía tengo fuerzas para entrenarme y para seguir jugando.
-Los hinchas te apoyaron de inmediato. ¿Te sigue sorprendiendo el cariño de la gente?
-La verdad es que me crié acá desde los 5 años, pero hay cosas que a uno lo siguen sorprendiendo y el amor de la gente de San Lorenzo es inigualable. Sólo puedo decirles gracias.
-¿Cómo viviste todo lo que pasó en el equipo desde afuera?
-Fue un año muy complicado. Viví cosas que nunca pasé en San Lorenzo. Acá irse al descenso es como si se terminara el mundo. Por suerte lo pudimos superar. Después se arrancó otro torneo con Caruso y los resultados no fueron bien. Ahora la cosa cambió. El equipo levantó, muestra buen juego además de ganar y esperamos un semestre distinto.
-¿Te sorprendió ese cambio con PIzzi en el banco?
-Sí, pero no por el DT, sino porque los jugadores somos los mismos. Después del partido con Boca el equipo mejoró y no se cayó más… A veces pasa todo por la cabeza.
-¿Puede pasar también por jugar 30 metros más adelante?
-No lo sé. Que juegues más adelantado no quiere decir que vas a ganar todos los partidos. Pero a nosotros es cierto que nos benefició.
-¿La idea de juego que pregona Pizzi es una bocanada de oxígeno?
-En este fútbol en el que no se juega bien, sí. A muchos les das a elegir y prefieren jugar mal y ganar. Vélez, Newell’s y Lanús lo hacen muy bien. San Lorenzo con Pizzi también. Y hay que defender eso. Me sentía muy mal cuando veía al equipo que no arrancaba, me desesperaba. Ahora estoy tranquilo.
-Muchos se entusiasman con pelear arriba este torneo...
-No estamos salvados, pero podemos pensar que haciendo una buena pretemporada se puede pelear el campeonato. No es algo loco.
-¿Qué deseaste en Año Nuevo?
-Lo que más deseo es volver a jugar y que San Lorenzo vuelva a tener su estadio en Avenida La Plata. Salir campeón ahí sería un sueño.
CLARIN
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