San Lorenzo ya había abrochado a Elizari, y ahora acordó la compra del 50% de Cauteruccio, otro que viene de Quilmes. "Me ilusiona mucho", dijo el delantero, que jugará por tres temporadas en el Ciclón.
Me
quedó un muy lindo recuerdo de Quilmes, donde me fue bien y tengo
muchos amigos en el plantel. Y pasar a un club grande como San Lorenzo
es un desafío hermoso, seguramente peleará el campeonato. Ojalá se
resuelva todo de la mejor manera”. A Martín Cauteruccio se le mezclan
los tiempos de verbo. Habla en pasado y en presente porque todavía no
terminó de despedirse del Cervecero, donde hasta ayer se entrenó, y
donde jugó las dos últimas temporadas y se convirtió casi en un ídolo de
sus hinchas.
Lo que sí sabe Caute es que su futuro está en
Boedo, más allá de que todavía no se hizo la revisión médica ni firmó
su vínculo con su nuevo club. Todo eso sucederá el lunes, tras
solucionar una serie de cuestiones impositivas, y el martes, es la
idea, ya quedará a las órdenes de Juan Antonio Pizzi, un enamorado del
charrúa de 26 años.
“Tengo muchas ganas de que se defina este
tema para enfocarme de lleno en lo que viene. Me tocó hacer Inferiores y
debutar en un grande como Nacional de Uruguay, y ahora me tocará
hacerlo en un grande de Argentina”, se esperanza con Olé
el ahora punta del Ciclón, que le ganó la pulseada a Tigres de México y
a Lanús y desembolsará el equivalente en pesos a 1.600.000 dólares por
el 50% de su ficha. La que le correspondía al grupo empresario cercano
a Quilmes (la otra mitad aún es de Nacional).
“Podía haber
seguido mi carrera en otro lado, pero decidí quedarme en Argentina
porque ya conozco el país. La adaptación a San Lorenzo me llevará unos
meses, hasta que conozca a mis compañeros. Igual, siempre beneficia que
haya nombres conocidos y de buen pie”, cuenta Caute, que firmará por
tres años. El más conocido, claro, es Fernando Elizari, con quien
compartió plantel en el Sur y formó una dupla que llevó al Cervecero a
quedarse en Primera una fecha antes del final del torneo. “Con el Melli
disfruté mucho la última temporada. Espero jugar varios partidos más
con él”, avisa el 9, una de las debilidades de Tinelli.
“A
Marcelo lo miraba mucho por la tele, acá y en Uruguay. No sé qué se
sentirá verlo todos los días”, se ríe el yorugua. Y dobla la apuesta:
“Ojalá que pueda estar a la altura de lo que él pretende. Eso sí, para
el Bailando que no me cuente, je”.
Cauteruccio está tranquilo,
pero no esconde su ilusión. “Quilmes va a ocupar un lugar muy grande en
mi corazón. Pasé momentos muy buenos y tuve el reconocimiento de la
gente. Ojalá, ahora, me pase lo mismo en San Lorenzo”.
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