domingo, 17 de noviembre de 2013

San Lorenzo goleó, es líder y ahora la presión es para Newell's


En el Nuevo Gasómetro, superó 4-2 a Belgrano y trepó a la cima con un punto más que los rosarinos que el lunes visitarán a Tigre.


Podrán creer en esa gitana hermosa que tira las cartas, como se canta en cada rincón de este vibrante Gasómetro, la que dice que San Lorenzo será campeón. Pero mucho más, habrá que tener fe en los divinos pies de Ignacio Piatti, en ese prestidigitador de Leandro Romagnoli, en esa cabeza que brilla tanto como una bola de cristal, la de Juan Mercier, la que adivina cada intención del rival, la que acierta cada pase. Y aunque pareció sombrío el futuro en ese instante del segundo tiempo en el que Picante Pereyra condimentó el partido con una buena dosis de suspenso, siempre tuvo claro este gran equipo que el único atajo hacia la punta es el camino que eligió Juan Antonio Pizzi, el del fútbol ofensivo. Por eso el líder es azulgrana, al menos hasta mañana, cuando Newell's visite a Tigre en Victoria.
No mereció sufrir San Lorenzo porque el resultado nunca estuvo en duda desde su rendimiento. Porque encara cada partido como un galán osado. No se queda en la barra, esperando que le haga un guiño la pelota. Va por ella, decidido a conquistarla, a enamorarla bajo la suela de los sus tres notables, Mercier, Piatti y Romagnoli, y la saca a bailar con el ritmo de los pibes de adelante, Héctor Villalba -anoche, flojito- y Angel Correa.
Había quedado corto el resultado en el primer tiempo. Si hasta pareció impropio del partido el descuento de Belgrano. Porque San Lorenzo salió dispuesto a pisar fuerte en el área celeste. Con una presión alta que envidiaría cualquier pretencioso equipo europeo. Romagnoli surgió por la derecha, Piatti intentó gambetear en la puerta del área y la pelota derivó a la posición de Mas, que fusiló a Olave con un zurdazo meteórico. ¿Dónde estaba Pier Barrios? Iban apenas dos minutos. Pero lejos de conformarse con ese grito que pegó temprano, fue por más el gigante azulgrana. La jugada que precedió al segundo gol es todo un testimonio de la intensidad con la que juega este buen conjunto de Pizzi. ¡Cuatro futbolistas! presionaron la salida de Affranchino contra el lateral. Y Mercier, después de recibir en su zona de influencia, metió un pase largo -otra vez- a espaldas de Barrios y Piatti hizo el resto. Nacho abrió para Correa y el Angel rosarino marcó el segundo.
Ganaba, gustaba y acariciaba la goleada San Lorenzo a bordo de ese 4-1-3-2 elástico. Movía la pelota de acá para allá en un plan netamente audaz que incluía a dos laterales decididos a romper líneas. Pero se durmió Gentiletti, tal vez por exceso de confianza. Y un pelotazo de Velázquez dejó mano a mano a Pereyra, que no dudó ante Torrico.
Llegó tres veces más San Lorenzo. Y nada hacía prever un cambio drástico en el rumbo del partido. Pero Pereyra no es el goleador del torneo por obra y gracia de la casualidad, más allá de la complicidad de Alvarado. Y lo empató con una gran jugada individual. Claro que Piatti es cordobés, pero azulgrana. Lollo lo bajó en el área y Nacho se hizo cargo del penal. Y el cuarto llegó tras un córner de Pipi y un bombazo de Cetto. Para asegurar el cima. Para creer en estos santos que ilusionan por su fútbol.

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